martes, 26 de agosto de 2008

Equilibristas...


Cuántas veces hemos andado por el filo, sin ninguna ayuda para contrarrestar los vayvenes del viento.
Fuimos unos equilibristas entre los hilos de quien nos quiso manejar. Siempre quisiste demasiadas cosas, y siempre te conformabas con muy pocas.
Te bastaba el despertar, te bastaba una madrugada, e incluso que el año tuviera cuatro estaciones. Te bastaba una tarde de Sol o una mañanita de niebla. Poner todos los días tu canción favorita de aquel disco que hacías especial. Por momentos, sólo por momentos, fuimos inmortales.
Y ahora soy yo el que se confroma con poco, con muy poco. Me basta con poner esa canción tuya, y aguantarme con cada gota que asoma en cada nota que suena.

Y es que... nada es como parece.

martes, 19 de agosto de 2008

Catiuscas verdes


Ni hambre, ni frío, ni miedo… ni sueño.

Nunca llueve cuando quiero, aunque mire hacia arriba cada segundo de cada minuto de las horas que tiene un día. En verdad nunca he visto llover, y muchas veces me pregunto si duele cuando cae sobre el cuerpo, su huele mal o bien ( o simplemente a nada), si moja… o si tú tienes algo que ver con el que yo mire hacia arriba.
Ayer abrí el cajón, por eso de ordenar un poco lo que dejaste por aquí. Pero no soy capaz. No quiero. Me gusta el desorden que me provocas. Me gustan los charcos que dejaste. Y me gustan mis catiuscas de color verde que me dejan saltar sobre ellos sin… ¿mojarme?

Bendita lluvia. Bonitos charcos. Mejores catiuscas.