martes, 22 de septiembre de 2009

1, 2... 3


Porque no sabes lo que pasa.
Porque no entiendes nada.
Porque te cuesta diferenciar sentimientos, estados.

De estas noches extrañas, en las que todo pasa demasiado rápido como para saber diferenciar realidad y ficción.
Noches en las que un segundo antes o más tarde hubiera cambiado el orden de muchas cosas… y llegas a pensar en la importancia del destino.

Sabes que los dos estáis recostados en la pared, espalda con espalda, pensando, pensando, pensando… importancia de tanto, importancia de nada.
Lo que no sabes es que entre una espalda y otra sólo separan unos centímetros escasos de pared… y no hay pared que no pueda derribarse.

No sabéis que la clave no está en seguir espalda con espalda,
Y no sabéis como derribar ese muro si las manos van hacia adelante.

Daros la vuelta.
Giraros, por favor.
No seáis tontos, y mirad a la pared.
Y a la de tres empujaréis a la vez… lo echaréis abajo.

1.
2.
3.

Disfrutad de cada momento como si se tratase del último.
Que cada momento sea vuestro.
Que cada bombeo de corazón sea más fuerte que el anterior.
Y…